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Hacía tiempo que tenía ganas de decir esto: señores, no, las cocinas en kit no son un invento reciente en nuestro país. Entendiendo por reciente, claro está, de las últimas temporadas. Y es que las cocinas en kit se venden en España desde hace por lo menos veinte años, aunque sesudos artículos aseguren que fue a raíz del desembarco de Ikea cuando los fabricantes empezaron a pensar en ofrecerlas así para poder competir en igualdad de condiciones.
Los módulos de cocina están compuestos por una estructura con una o más baldas, que en argot profesional se denomina casco, a la que posteriormente se le añaden las bisagras y las puertas en el color y la terminación deseada. Ese casco, montado o sin montar, antes sólo en blanco y ahora ya disponible en varios colores, se viene vendiendo en kit desde hace muchos años.
Lo que ha cambiado realmente es la forma de distribución y comercialización. Si antes era el carpintero el que acudía directamente a la fábrica o al almacén para profesionales a comprar los kits, ahora cada vez más son los particulares los que nos planteamos esa posibilidad. Y eso ha sido debido al auge del hazlo tú mismo y a las nuevas formas de comunicación, que nos permiten acceder a una información, antes en poder de unos pocos, y a nuevas posibilidades de adquisición como los centros de bricolaje o la compra online.
Imagen vía | Madeco
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