Yo tengo clara la respuesta a la pregunta precisamente porque mi cocina es azul. Vale que el piso es de segunda mano y que venía así en el pack, pero precisamente fue ese uno de los puntos que me enamoró cuando vi mi casa por primera vez. Me gusta porque es azul intenso y por lo tanto transmite energía, pero al mismo tiempo el azul es color frío y eso equilibra el conjunto generando sensación de serenidad. Además es bastante original porque mucha gente no se atreve con los colores fuertes.
Pero mi cocina es muy pequeña, así que hoy os enseño otra también azul pero mucho más grande y sorprendente. Se trata de un proyecto realizado en colaboración con la interiorista Patricia Sanchís por Lluïsa Deulonder, del estudio Deulonder Arquitectura Doméstica. Es un proyecto especial porque la cocina tenía que servir como espacio doméstico para una familia de cinco personas pero, puntualmente, también albergar a chefs profesionales para eventos: comidas y cenas para fiestas, con asistencia de muchas personas.
Como podéis ver en las fotos, el tema profesional quedó casi por encima del doméstico a la hora de plantear el diseño, por eso la cocina es tan espectacular. Para el mobiliario optaron por los frentes de intenso color azul, pero para contrastar las encimeras son de granito en un profundo negro.
Hay un elemento muy llamativo que centra todas las miradas, y es el mural situado detrás del fregadero de una cerámica vidriada francesa, que aporta gran personalidad al espacio y al mismo tiempo suaviza la atmósfera industrial del ambiente. Lo podéis ver en la primera de las fotos sobre estas líneas. La isla es otro de los elementos que resultan siempre adorables.
Por otro lado el bloque de electrodomésticos, en acero inox, está concentrado en un paño de pared, aquí sí que se aprecia el toque profesional. La mayoría son de la firma KitchenAid, de la línea americana, ideales para el tipo de look industrial que se quería conseguir. Están los básicos, pero también hay por ejemplo: una máquina fabricadora de hielo, un envasador al vacío, un batidor de temperatura o una vinoteca.
En particular la vinoteca, que podéis ver en la foto sobre estas líneas, está en una zona más apartada junto con una amplia despensa y esos estantes para libros que es algo que yo echo muchísimo de menos en mi cocina. Siempre he tenido ganas de preparar una estantería en la que poder organizar todos mis libros de recetas para poder tenerlos todos a mano en donde siempre han debido estar.
No sé vosotros, pero yo después de ver estas fotos me siento mucho más inspirada para hacer algunas mejoras en mi cocina. No puedo aspirar a todo por problemas de espacio, pero siempre hay pequeños detalles que se pueden optimizar para mejorar, y la organización de los libros es sin duda uno de ellos.
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